The game is not over
Ready Player One nos traslada a un futuro donde la realidad apesta y es peligrosa mientras que el mundo virtual está lleno de posibilidades, incluso para quienes no tienen nada. Por eso la mayoría huye de esa miserable vida y se refugia en un mundo que no es real en el que hay muchos dispuestos a lo que sea para conseguir sus objetivos. Incluso a matarte en la realidad. Todo ello mientras resuelves complejos rompecabezas ocultos en la cultura friki de los ochenta. Destruir marcianitos siempre fue algo muy intenso.
Get ready for the next battle
Y es que ambientar un libro en la cultura de los ochenta da para mucho, porque se incluye la música, la televisión el cine, los libros y los videojuegos. No se deja limitar por la realidad, sino que se expande hasta todo aquello que produjo la imaginación de quienes vivieron aquella época. Como dice el protagonista: la década de los ochenta duró muchos años (en concreto, diez).
La excepcional ambientación de la novela permite al autor cambiar los escenarios entre la ciencia-ficción, la fantasía, la realidad, el set de una película o las dos dimensiones. En cada uno de los breves capítulos es posible introducir una nueva localización que nunca desentona con la novela, por esperpéntica o imposible que resulte. Ultrama vs Godzilla. Ahí lo tienes. Serenity vs X-Wing. Marchando. Todo vale en esta historia.
La novela también guarda alguna sorpresas argumentales, de esas que provocan que alces una ceja y te preguntes si estás leyendo las palabras en el orden correcto. Pequeña y alegres sorpresas que nos va dejando el autor, donde ya no se contenta con arrancarnos sonrisas nostálgicas, sino también tensión y asombro.
Oh, sí. Sabemos cómo acabará todo, ¡pero queremos verlo con nuestros propios ojos! Queremos saber exactamente qué ocurrirá cuando se descubra el Huevo y qué hará quien lo consiga con ese inmenso poder y dinero. Un final ligeramente abierto, pero redondo.
La novela también guarda alguna sorpresas argumentales, de esas que provocan que alces una ceja y te preguntes si estás leyendo las palabras en el orden correcto. Pequeña y alegres sorpresas que nos va dejando el autor, donde ya no se contenta con arrancarnos sonrisas nostálgicas, sino también tensión y asombro.
Oh, sí. Sabemos cómo acabará todo, ¡pero queremos verlo con nuestros propios ojos! Queremos saber exactamente qué ocurrirá cuando se descubra el Huevo y qué hará quien lo consiga con ese inmenso poder y dinero. Un final ligeramente abierto, pero redondo.
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