Reseña (XVII): La constante del Caos

Todas tus preguntas serán contestadas

Martín Vadoz es un científico mediocre que entra a formar parte de un experimento secreto que incluyen un espécimen nunca visto hasta entonces y un libro que contiene todas las respuestas. Desde el principio sospechará que le han elegido por ser prescindible pero pronto se convencerá de que solo él está capacitado para conocer la verdad.

Haz la pregunta perfecta

Me resulta imposible no anunciar que todo aquel que quiera leer esta novela descubrirá satisfactoriamente que el autor no ha dejado cabos sueltos. Todo lo que ocurre en el libro tiene una explicación que se irá desvelando conforme pasen las páginas, hasta alcanzar un final tan sorprendente como esclarecedor.

La historia avanza con buen ritmo, quizá un poco precipitado, que favorece la lectura. El argumento es un poco endeble al principio pero va ganando en intensidad a medida que se progresa en la lectura, hasta un punto de no retorno en el que el lector querrá saber más y más. El autor ha logrado crear una historia in crescendo muy amena.

Los personajes parecen un poco arquetípicos, a todos se les ve el plumero y las intenciones, pero están bien interpretados y sus evoluciones acertadamente descritas. El lenguaje también es algo mejorable, con un lenguaje excesivamente sencillo que de pulirse un poco mejoraría la lectura. Pero, una vez más, la sencillez facilita la lectura. Nadie se queda con interrogantes.

La segunda parte del libro es sin duda la más lograda y perfectamente narrada, con giros sorprendentes dentro de una lógica bien estructurada y una catarsis del protagonista digna de ser leída. Un final mucho más original que el principio. Un buen libro.