Un mundo de siniestros individuos
El Círculo del Mundo es una tierra viva y rebosante de habitantes (pese a que muchos tengan por costumbre morir) y Joe Abercrombie ha elegido los más pintorescos de ese lugar y nos los presenta en las páginas de esta novela. Grandes personajes arrastrados por el autor hasta un encuentro que para nada huele a definitivo.
De vez en cuando me gusta hacer correr la sangre
Novela sin fin
Primero, las malas noticias. Esta claro que es la primera parte de una historia. Eso no sería un inconveniente sino fuera porque la novela tiene un pie cojo: está inconclusa. A medida que se avanza en la lectura es fácil apreciar lo bien escrita que está y los intensas que son las escenas que se nos van presentando, pero sigues leyendo, y leyendo, y llega un momento que dices: ¿A dónde lleva esto? A ningún lado; al menos, no en este libro. La voz de las espadas podría considerarse una larga, aunque emocionante, introducción de lo que está por venir. Será necesario continuar la saga, cosa que haré, porque el libro me ha encantado, para saber dónde acabará esto.
Un mundo listo para ser ampliado
Abercrombie nos presenta la ciudad de Adua, capital de la Unión, mientras nos da algunos trazos de cómo es el Norte y el Sur. El resto, lo deja entrever. Gran acierto. Le permite centrarse en una única localización, aunque rebosante de escenarios, a la que poco a poco va atrayendo a los personajes. Una gran ciudad llena de abismos sociales y económicos, impregnada de olores que deja cierta sensación de haber sido inspirada en la Roma republicana.
Los viajes al Norte y al Sur, a través de algunas escenas selectas, sirven para que el lector sepa que desde otras partes del mundo se concibe a Adua como el centro de un poderoso Estado de frágiles cimientos. Todos los caminos llevan a Adua, podría decirse; y desde ahí es de donde parten los personajes, al terminar la primera novela, listos para mostrarnos más lugares en el mundo.
Personajes para temblar
El ser humano es alguien que genera mucho respeto, por la de atrocidades que puede cometer. En esta novela vemos cómo esas acciones son algo natural; ya sea porque hay quienes consideran las muertes que provocan poco menos que simples números o porque a menudo se analiza sobre el mejor método para causar el máximo dolor a alguien. Los personajes de Abercrombie están acostumbrados a vivir en un mundo violento y no han tenido reparos en adaptarse a ello, absorbiendo por el camino parte de esa violencia como algo innato.
Logen Nuevededos es un guerrero del Norte que pese a todas sus promesas de dejar atrás sus sanguinarias costumbres no cesa de encontrar ocasiones en las que empuñar la espada, o el hacha, el cuchillo, o lo que le pille a mano, y hacer una carnicería en un abrir y cerrar de ojos. Como si le molestara que hayan sido otros los que le hayan arrastrado a esa situación.
El Inquisidor Glotka es un hombre que una vez fue orgulloso y admirado, dos años de torturas en una prisión han hecho de él un tullido desdentado. Ahora ha adoptado las armas que se usaron contra él como propias, y ha descubierto que es muy eficaz descubriendo secretos mediante la tortura. Un individuo que se siente atraído por las conspiraciones, aunque de momento no parece maquinar ninguna propia. Su crueldad es carismática.
Hay otros personajes, claro está, pero estos dos son los que parecen destacar sobre los demás, y no es casualidad.
El combate y la sangre
Son los elementos más logrados de la narrativa del autor. Cualquier lector observará el detallismo y ritmo con el que los combates son relatados, obligándole a incrementar su ritmo de lectura como si él mismo tuviera que evitar uno de esos hachazos. La fantasía oscura es un género en el que Abercrombie parece moverse con soltura y uno puede imaginarse, por cómo se va desarrollando la trama, que ansía llegar a estas escenas de combate. No tardaremos en ver muchas de estas en las próximas entregas.
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