¿A quién no le gusta reírse? Paseando por Amazon descubrí esta novela cuyo primer capítulo me asombró. Tanto me gusto el planteamiento inicial que decidí adquirirla y ahora que la he terminado comparto mi opinión con vosotros.
Es La venganza es dulce y además no engorda. Su autor: Gervasio Posadas.
Es La venganza es dulce y además no engorda. Su autor: Gervasio Posadas.
La venganza es dulce y además no engorda, de Gervasio Posadas
Nuestro protagonista es Leandro Expósito, un perdedor. Economista que ha ido dando tumbos por la vida desde que le echaron de su empresa por un supuesto caso de fraude fiscal del que él sabe que es inocente. Pero sus ideas alocadas y su poca visión de futuro le han llevado a una vida mileurista que tanto detesta, trabajando de contable en una carnicería.
En una de sus brillantes ideas decide ingresar en un Máster para empresarios que cuesta la friolera de 30.000 € y no tiene ni idea de dónde los sacará...
Una comedia divertida y entretenida, justo lo que se espera de ella. Con un personaje afable como protagonista y cuyas locas y absurdas desventuras hacen reír de cuando en cuando. Debo alabar la capacidad del autor para inventar situaciones disparatadas que rozan lo surrealista y la capacidad para poner en boca de Leandro las palabras más inoportunas posibles. La completa ausencia de sentido común asegura una novela que arrebata sonrisas.
El único problema es su extensión. La novela puede hacerse larga entre disparate y tontada de turno eso le hace perder el ritmo cómico. Haber recortado algunas partes hubiera ayudado a disfrutar más de lo que es una novela divertida.
En una de sus brillantes ideas decide ingresar en un Máster para empresarios que cuesta la friolera de 30.000 € y no tiene ni idea de dónde los sacará...
Una comedia divertida y entretenida, justo lo que se espera de ella. Con un personaje afable como protagonista y cuyas locas y absurdas desventuras hacen reír de cuando en cuando. Debo alabar la capacidad del autor para inventar situaciones disparatadas que rozan lo surrealista y la capacidad para poner en boca de Leandro las palabras más inoportunas posibles. La completa ausencia de sentido común asegura una novela que arrebata sonrisas.
El único problema es su extensión. La novela puede hacerse larga entre disparate y tontada de turno eso le hace perder el ritmo cómico. Haber recortado algunas partes hubiera ayudado a disfrutar más de lo que es una novela divertida.
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