Las cenizas de la leyenda
Ya iba siendo hora de que leer esta novela. He oído una y otra vez hablar de la belleza de Elantris, especialmente coincidiendo con el X aniversario de su publicación. Así que, dejándome arrastrar por la corriente he llegado a un lugar maravilloso del que debo hablar: Elantris. Una hermosa historia de fantasía trágica.
En apenas veinte líneas Sanderson nos envuelve con la magia de la ciudad de dioses, de la eternidad las grandes hazañas de sus habitantes, benditos por fuerzas incomprensibles, elevados por encima de los simples mortales...para golpearnos con dureza en el mismo prólogo: La eternidad terminó hace diez años.
Tan hermosa, una vez fue tan hermosa...
Nostalgia
Todo tiempo pasado siempre fue mejor. Esa es la idea que nos evocan los personajes y situaciones que se viven Arelon, reino de Elantris. Son seres que tratan de seguir con sus vidas tras haber experimentado un brusco cambio de las normas sociales a las que estaban acostumbrados. La caída de Elantris fue tan repentina como dramática: los antiguos siervos masacraron a sus amos en cuanto sus poderes se desvanecieron. Quienes antes eran dioses todopoderosos se habían convertido en débiles despojos monstruosos.
Diez años después de la caída de Elantris, quien es alcanzado por la magia de la Shaod es arrojado al interior de la ruinosa ciudad maldita. Para nunca escapar. Los elantrinos están condenados a una nueva eternidad: la dolorosa no-vida. Una muerte que no llega, y un dolor que no desaparece. Caer en la locura es la única escapatoria a ese dolor eterno.
En ese clima de constante recuerdo de lo que fue y lo que ahora es surgen problemas para la débil monarquía que surgió de la caída de los dioses. Un matrimonio de estado que era la única esperanza de salvar Arelon se ve truncado por la muerte del príncipe heredero antes de la boda y la viuda debe abrirse paso entre las intrigas de la corte para salvar tanto a su reino natal como al adoptivo. Su mayor enemigo es el conspirador enviado por la teocracia de Fjorden para convertir a sus habitantes, por las buenas o por las malas.
El fin y el principio
El fin de los elantrinos supuso el principio del gobierno de los mercaderes. Sin dioses que rigieran el país fue necesario que alguien tomara el poder: los mercaderes. La nueva monarquía sustenta una nobleza inestable basada en la riqueza de sus miembros. Es necesario mantener un estatus económico para conservar la posición social, lo que lleva a la nobleza a oprimir más y más al pueblo para mantener su nivel de vida. Una angustiosa situación de histeria que es caldo de cultivo para conspiradores.
El fin de los dioses de Elantris dio paso al principio de la nueva fe. ¿Quién querría creer en un dios invisible cuando los dioses vivían entre ellos? Esa es la idea que transmitía la Vieja Elantris: puede que los elantrinos no se consideraran dioses, pero lo eran a ojos de los demás. Poderosos y admirables. Ahora los elantrinos han caído y una nueva fe trata de abrirse paso entre la nobleza de la nueva Arelon.
El principio y el fin
A diferencia de las más conocidas obras de la literatura fantástica, Elantris no es una saga. Esta novela es su alfa y su omega. Todo lo que necesitamos saber sobre la ciudad, su historia, su gente y el mundo en el que se desenvuelve nos es explicado en un único volumen. Se nos presenta el fin de Elantris y se nos ofrece la información concreta y nada forzosa sobre lo que necesitamos saber. Elantris fue hermosa y poderosa: ya no lo es. Punto. Eso deja mucho espacio para el desarrollo de una trama que, si bien es posible predecir en algún momento puntual, avanza con suficientes giros y un buen ritmo que agiliza la lectura. Se agradece.
Hay rumores de que habrá una segunda entrega (y quizá una tercera) pero la historia es perfecta tal y como está. Quien quiera leer esta novela verá recompensado su tiempo.
Héroes (y villanos)
Lo que más llama la atención es que los héroes quedan muy bien etiquetados: conocemos sus motivaciones e intenciones. Son lo que se espera de ellos. Príncipe y princesa que quieren salvar el reino. Son los protagonistas de esta historia y quienes más información y situaciones nos aportan. Ya se ha dicho: son los héroes.
El asunto del villano es diferente. Es un sacerdote metódico y riguroso, un conspirador inteligente y oportunista con un cometido en mente. Sin embargo, carece de fe. Apreciamos su lucha interna por encontrar su fe. Cumple con gran diligencia su trabajo y sabe cómo reaccionar ante las adversidades (que son muchas, en algún momento de la lectura llegué a preguntarme si el héroe no era él, debido a la epopeya que estaba sufriendo para lograr sus objetivos). Sus actos le colocan como el malvado, pero sus intenciones no albergan tal etiqueta. Le fascina Elantris más de lo que su fe llegó a hacerlo. Su idea de que el fin justifica los medios convierte a este sacerdote en plenamente humano, ajeno a dioses y leyendas.
¿Qué había sido de la fe? Apenas podía recordarla.
Elantris es una gran novela que, al igual que otros hicieron antes que yo, recomiendo leer y admirar. De la clase de lecturas que antes de terminar ya estáis dispuestos a recomendar.
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